Las relaciones sexuales forman parte de la vida del ser humano.
Tener relaciones sexuales debe ser una decisión personal y responsable por parte de los dos implicados en ello, ya que una posible consecuencia de las relaciones sexuales es el embarazo.
El embarazo puede producir felicidad cuando se concibe un hijo deseado y que este sea planeado, pero otras veces las relaciones sexuales provocan un embarazo no planeado o el contagio de una infección de transmisión sexual (ITS), a lo mejor incurable y que puede cambiar la vida de la persona para siempre.
A edad temprana el cuerpo de la mujer no se ha desarrollado lo suficiente para proveer una alimentación adecuada a un ser que se desarrolle dentro de su vientre, ni la madurez física y emocional que el parto requiere. De ahí un embarazo en edad temprana se considere como de alto riesgo.
Además, el bebe que se concibe en esa edad tiene más riesgo de presentar malformaciones o de ser muy pequeño para sobrevivir, la madre adolescente puede tener más riesgos de enfermar durante el embarazo y presentar complicaciones en el parto.
Tener un nuevo ser, en la vida no implica sólo engendrarlo, sino también alimentarlo, vestirlo y educarlo; hacerse responsable de él.
Un embarazo y el nacimiento de un ser traen gastos, en primer lugar, y no siempre tendrán el apoyo familiar para poder cumplir con esta gran responsabilidad.
Muchas veces estos jóvenes tienen que abandonar sus estudios para buscar un empleo, de tal manera que su educación y su desarrollo social quedan truncados.
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